16 enero, 2011

El cablegate, de Wikileaks (Naief Yehya)



El cablegate, de Wikileaks (1/3)

MEGAFILTRACIÓN

La más reciente filtración de información de la organización Wikileaks (http://cablegate.wikileaks.org/), que comenzó a publicarse el 28 de noviembre de 2010, fue denominada por algunos como el equivalente a un cataclismo para las relaciones internacionales estadunidenses (el 9/xi de la diplomacia, la llamó un funcionario italiano en un arranque de histeria), mientras que para otros se trata sólo de un aparatoso espectáculo propagandístico y muchos más creen que no pasa de ser un ejercicio inútil. Hillary Clinton declaró que esta filtración “pone vidas en peligro, amenaza la seguridad nacional y daña nuestros esfuerzos por trabajar con otros países para resolver los problemas que compartimos”. En cambio, Daniel Ellsberg (el celebrado responsable de la publicación de los Papeles del Pentágono, el golpe inicial que eventualmente provocó Watergate y el colapso del gobierno de Nixon) considera que la filtración de los 251 mil 287 cables (15 mil 652 secretos, 101 mil 748 confidenciales y 133 mil 887 no clasificados) es un acto de heroísmo enorme, aunque los documentos hasta ahora publicados, en sí mismos, disten de contar con auténticas revelaciones. Los cables aparentemente copiados por el recluta estadunidense y hacker Bradley Manning (quien ahora se encuentra en prisión), documentan comunicaciones entre 274 embajadas, consulados y misiones diplomáticas, y el Departamento de Estado, y constituyen la filtración de documentos oficiales al público más grande de la historia. Esta filtración, que ofrece visiones francas del poder estadunidense, es por lo menos siete veces más grande que la de los Diarios de guerra de Irak (http://warlogs.owni.fr/).

LA COTIDIANIDAD DIPLOMÁTICA

Wikileaks posteó inicialmente 220 documentos, a pesar de que fue víctima de un ciberataque al que seguirían otros y, eventualmente, Amazon.com los expulsara de sus servidores. Estas agresiones e intentos de censura sólo demostraron que el flujo de información en esta era es irrefrenable. Los cables, debido a su diversidad geopolítica e importancia, serán dosificados durante los siguientes meses para no restarles importancia y dar tiempo a que sea asimilada cada revelación. Por lo visto, hasta el momento en que se escribe esto (y por las propias filtraciones de lo que viene) el material de este megaleak ofrece un vistazo a la cruel candidez de los sucios manejos del imperio, a la manera en que los emisarios de eu dan órdenes y marcan directivas a los países “aliados”, a la condescendencia que tienen hacia los gobiernos del mundo y a los métodos de espionaje, recursos de presión, corrupción, imposición y saqueo de las naciones que se aplican de manera cotidiana.

CHISMES

Los cables ofrecen una gran variedad de documentos. Por un lado están aquellos escandalosos que se regodean con el sensacionalismo de ciertas confesiones candorosas: Sarkozy “es un emperador desnudo… e hipersensible”, Khaddafi “es raro” y siempre viaja con su voluptuosa enfermera ucraniana rubia; Putin es un “perro alfa… es Batman mientras que Medvedev es Robin”; Hamid Karzai “es inestable y se deja llevar por la paranoia”; Ángela Merkel “evita todo riesgo… y es rara vez creativa”. Y por supuesto: ¿cómo pasar por alto que Hillary Clinton haya cuestionado la salud mental de Cristina Kirchner? No son pocos los que publican las exigencias del Departamento de Estado de espiar a los representantes de naciones aliadas y enemigas en la onu. ¿Cómo ignorar que el senil y ridículo rey Abdullah de Arabia Saudita opinó que la mejor manera de liberar a los presos de Guantánamo era insertándoles un chip como si fueran perros?

VERDADEROS CRÍMENES

Pero las revelaciones van mucho más allá de la frivolidad, o de la prosa derivativa de Graham Greene o Joseph Conrad, ya que también se documentan crímenes y conspiraciones reales. Sobresalen los esfuerzos del gobierno de Bush y Obama para sabotear procesos judiciales, como las negociaciones y presión a jueces y autoridades para impedir que se investigue el asesinato del periodista español José Couso a manos de soldados estadunidenses que dispararon una munición de 120 mm contra el Hotel Palestina el 8 de abril de 2003. Asimismo, es relevante que eu presionó al gobierno alemán para que no llevara a cabo una investigación en el caso de Khaled al Masri, el vendedor de verduras de origen libanés erróneamente secuestrado y torturado por la cia. De manera incongruente, los críticos de Wikileaks que predicen que hay gente que puede morir o sufrir por culpa de estas filtraciones no aprecian el inmenso valor de tener acceso a la documentación de los casos reales (no hipotéticos) de asesinatos, tortura y abusos brutales a manos de eu y sus aliados.

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PRUEBAS EN BLANCO Y NEGRO

Se ha repetido el mantra de que esta filtración es un tesoro para académicos e historiadores. Eso es sin duda cierto, tomando en consideración que materiales semejantes usualmente tardan treinta o cuarenta años en ser desclasificados. Pero, en otro nivel, estos documentos son valiosísimos para los defensores de los derechos humanos, los activistas a favor de transparencia gubernamental y los abogados que se encuentran litigando casos en los tribunales del mundo en contra de EU y sus aliados. Es cierto que no es novedad que EU espía a sus aliados, que se hacen de la vista gorda ante actos flagrantes de abuso sobre individuos y poblaciones, que pactan acuerdos secretos perjudiciales para los pueblos y que protegen los manejos turbios de las grandes corporaciones. Pero eso no hace redundantes estos documentos, sino que, por el contrario, sirven de evidencia incuestionable del funcionamiento de la maquinaria política, el día a día de las pequeñas y grandes conspiraciones que suele fraguar el Departamento de Estado de EU.

FILTRACIÓN SELECTIVA

Como en sus filtraciones recientes Wikileaks ofreció a varios diarios, en este caso The New York Times, The Guardian, El País, Der Spiegel y Le Monde, publicar las partes que desearan de los documentos liberados. De entre estos periódicos, la cobertura del Times es quizás la más conservadora y curiosa, pero lo que resulta inquietante es el enfoque que da a tópicos que obviamente debían complacer a los sectores conservadores de EU. Así, en su primera plana del lunes 29 de noviembre las noticias señaladas como las más prominentes de la megafiltración eran dos: un cable acusaba al gobierno sirio de dar armas a Hizboláh (se ilustraba con una siniestra foto entre sombras del presidente sirio Bashar al Assad estrechando la mano de otro individuo no identificado, difícilmente se podría implicar algo más sospechoso…) y: “Para árabes e israelíes, aguda preocupación respecto de un Irán nuclear.” Resulta completamente revelador que los editores hayan elegido, de entre todos los temas tocados, uno que favorece la política actual de la Casa Blanca y al gobierno israelí. Mientras, los sondeos de opinión en Medio Oriente determinan continuamente que la mayoría de la población considera que sería positivo que Irán adquiriera una bomba atómica debido a que traería un equilibrio de poder a una región donde sólo Israel y Pakistán tienen armas nucleares. Esto es claro en el estudio 2010 Arab Public Opinion Poll de la Brookings Institution, que no es precisamente un think tank liberal, (http://www.brookings.edu/reports/2010/0805 arab opinion poll telhami. aspx) que encontró que más del cincuenta y siete por ciento de la población árabe desea que Irán tenga una bomba atómica. Esto es muy controvertido; sin embargo, el NYT ignoró los matices y datos, y optó por confundir la opinión y los intereses de algunos jeques, títeres y déspotas de la zona con la voluntad popular.

LA CULPA DEL COITUS NON INTERRUPTUS

Cuando esto se escribe, el gobierno sueco ha emitido una “alerta roja” que equivale a una orden de arresto internacional en contra de Julian Assange, el fundador y el espíritu de Wikileaks, por acusaciones de abuso sexual. El caso en cuestión consiste en que durante un acto sexual consensual (aunque ahora una de las mujeres se ha retractado diciendo que no fue consensual), Assange ignoró la petición de parte de su pareja de retirarse cuando ésta le dijo que se había roto el condón. El caso ya había sido desestimado por una juez sueca por falta de elementos, pero paradójicamente volvió a los tribunales dos días después de que Wikileaks reveló que tenía en su posesión un disco duro con información altamente comprometedora de uno de los principales bancos estadunidenses. Inmediatamente comenzó a circular el rumor de que se trataba del Bank of America, lo cual provocó que sus acciones se colapsaran. La acusación volvió a ponerse oportunamente sobre la mesa para perseguir a Assange, quien se ofreció voluntariamente para ser entrevistado por el tribunal, pero éste rechazó la oferta y en cambio lanzó una cacería humana en más de 180 países, una acción aparentemente sin precedente para un caso semejante. ¿Quién se hubiera imaginado que los suecos se convertirían súbitamente al más férreo puritanismo anglosajón?

SECRETOS PARA MUCHOS

Pongamos las cosas en perspectiva: estos cables confidenciales, secretos o sin clasificar pueden ser leídos usualmente hasta por seis millones de personas. No es como si estuviéramos hablando de supersecretos de Estado. No obstante, al ponerlos en el registro público se le ha dado un golpe brutal a la farsa diplomática y a la ilusión del control informativo de un Estado que no tiene respeto por la democracia ni la autodeterminación de las naciones. Sólo un ingenuo desconoce que la red de embajadas de los países poderosos (y no tan poderosos) operan como agencias de inteligencia y espionaje. Ninguna nación irá a la guerra porque se revelen los trapos sucios de sus negociaciones con el imperio, ni porque analistas de mediano nivel, los pequeños Eichman de la diplomacia (reciclando el término acuñado por el vilipendiado académico Ward Churchill), insulten y manipulen a los líderes de las naciones aliadas y hablen de crímenes con humor y sarcasmo.

CONTROLAR LOS INSTINTOS

Nada más fácil a estas alturas que darle rienda suelta a los viejos reflejos rabiosos antiestadunidenses, pero esa es la reacción más absurda que podemos tener. Tenemos que reconocer que esto no hubiera sucedido a ningún otro imperio sin que comenzara a correr la sangre de los subversivos. De no ser por estadunidenses como el soldado y hacker Bradley Manning, ni siquiera estaríamos debatiendo el asunto.

Wikileaks y sus consecuencias inmediatas (3/3)

TERCERA GUERRA MUNDIAL VS. SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

Independientemente de todas la revelaciones del reciente cablegate de Wikileaks, es fundamental reconocer en este acto el fin de una era de secretos. La tecnología ha impuesto nuevos paradigmas que han sacudido las nociones de seguridad y las certezas del control de la información que tienen los Estados. Los gobiernos dependen de su autoridad para manipular la información que hace posible presentar determinadas percepciones de la realidad, el caso de Wikileaks marca que hemos entrado en una fase en que los Estados tendrán que reinventarse. La tarde del domingo 28 de noviembre, el gobierno más poderoso del planeta demostró su impotencia para detener o inhabilitar a Wikileaks. Violando las leyes internacionales, desataron una ofensiva con el rudimentario (pero efectivo) ataque del Denial of Service (DoS) o rechazo de servicio (que equivale a saturar un servidor con millones de solicitudes de atención). La estrategia fracasó en buena medida porque es una forma anacrónica de combatir en este tiempo. El DoS sumado a las continuas metáforas bélicas con las que los representantes de la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el de Justicia se referían a la filtración, exhibió que, mientras Wikileaks peleaba con tecnología e ideas de la era de la información, el gobierno de eu intentaba defenderse con la mentalidad de la segunda guerra mundial.

PERSECUCIÓN DE UN NO-CRIMEN

La Casa Blanca amenazó con que lanzaría una investigación criminal contra alguien que no había cometido crimen alguno. Peter King, el nuevo presidente del comité de seguridad de la Casa de Representantes, llamó a que se declarara a Wikileaks como organización terrorista extranjera, en la misma categoría que Al Qaeda. Esto es imposible e ilegal, ya que dicha clasificación sólo puede atribuirse a organizaciones que emplean métodos violentos en contra de EU. No pasó mucho tiempo para que docenas de comentaristas y políticos lanzaran llamados (esos sí criminales) para que Assange fuera asesinado. Mientras, el gobierno de Obama, que ha sido más rabioso que el de Bush para perseguir filtraciones, prepara un gran jurado para acusarlo de algo que aún no puede definir.

LA VERGÜENZA DE LOS MEDIOS

Esta filtración demostró también que los medios masivos de comunicación no saben operar en la nueva mediósfera. Algunos optaron por celebrar a Wikileaks, otros prefirieron guardar silencio, pero unos más reaccionaron de manera esquizofrénica, como CNN, que anunciaba que no había nada nuevo en esta filtración, pero al mismo tiempo pedía castigos ejemplares contra Wikileaks. Es absolutamente claro, como escribe Manuel Castells, que “los ataques contra Wikileaks no cuestionan su veracidad, sino que critican el hecho de su difusión, so pretexto de que ponen en peligro la seguridad de las tropas y ciudadanos”. Wikileaks ha cometido errores en el pasado al exponer fuentes en lugares peligrosos. Ese no es el caso ahora; en cambio, revelaciones como éstas son las que permiten que una sociedad abierta pueda seguirlo siendo al otorgar a los ciudadanos las herramientas necesarias para exigir que sus gobiernos se responsabilicen de sus actos.

EL TERCER PODER = LA QUINTA COLUMNA

Estas filtraciones han expuesto el miedo, la hipocresía y la complicidad de algunos medios de comunicación que han tratado de poner en entredicho los motivos de los filtradores, que han intentado desprestigiar el trabajo de quienes arriesgan la libertad y la vida para denunciar, al exponer con sus propias palabras (no con simples conjeturas y prejuicios) y acciones a los responsables de los principales crímenes de Estado recientes. Era de esperar que los portavoces y representantes de las facciones más reaccionarias de la sociedad pedirían la cabeza de Assange; no podía esperarse otra cosa de quienes defienden las formas más primitivas de la autoridad, pero cuando reporteros o analistas con un presunto compromiso con la verdad y la democracia, gente que usualmente respeto y admiro, argumenta que difundir la verdad es irrelevante, peligroso o injustificado, me avergüenzo de esta profesión y no puedo dejar de pensar en las voces de la prensa que fueron cómplices o que permanecieron silenciosas y sumisas bajo Franco, Pinochet, Ceaucescu, Videla y tantos etcéteras más.

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