"Desde el momento en que nos conectamos, dejamos un rastro de datos susceptible de ser utilizado, en mayor o menor medida, por terceros. A diferencia de Facebook, donde los usuarios introducen voluntariamente la información que ellos desean, Google recopila los datos que dejamos involuntariamente. Esta es la gran diferencia y el origen del peligro.”
La advertencia la hace el periodista austríaco Gerald Reischl, autor del libro El engaño Google, una potencia mundial sin control en Internet, que acaba de llegar a la Argentina y que rápidamente se convirtió en best seller en varios países de Europa. Reischl (ver reportaje aparte), ofrece una investigación sobre cómo trabaja la compañía más poderosa de Internet, cómo ingresa en la esfera privada de los usuarios y qué métodos utiliza para convertirse en una suerte de Gran Hermano.
“Google ofrece gratuitamente la función de búsqueda, amén de otros programas, y a cambio recoge información sin pedirla realmente. Te dejan usar una multitud de herramientas sin pagar mientras estás revelando datos que ayudan a un consorcio a aumentar sus ingresos por publicidad y sus beneficios”, explica en su libro, que responde a las críticas que se levantaon desde distintos lugares avisando sobre los peligros de Google. “Partiendo de hechos concretos –agrega–, se demuestra que Google es el más eficiente registrador de datos del mundo; que existe un gran número de patentes y métodos que permiten rastrear, analizar y clasificar a los internautas; que las promesas de no utilizar los datos y borrarlos son meras palabras y que la clave del éxito está en la información de los usuarios.”
Los resultados de esta investigación son un alerta para todo aquel que utiliza Google. En los párrafos que siguen se intentará reflejar qué sucede realmente cuando se realiza una consulta en el buscador o se utiliza cualquiera de sus servicios.
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